Por JONATAN WETZEL
Sebastián Dominguez acusó a la televisación oficial de intentar que el partido entre Independiente y Vélez se jugase a toda costa. Además, se dio un duro cruce de declraciones entre Javier Cantero y Fabián Cubero.
La intensa lluvia que el sábado cayo en el conurbano bonaerense impidió que el terreno de juego estuviera de la mejor manera para jugar el encuentro. Sin embargo, a raiz de la decisión tomada, y previo al acuerdo de postergarlo para el lunes, el enfrentamiento se dio en los micrófonos.
El que encendió la mecha fue el presidente del local. "Esto es un juego de hombres. Que se juega con tapones altos y que con barro se puede hacer. Si hasta finales importantes se ha visto en terrenos con peores condiciones", manifestó. Y acusó directamente a Cubero: "Es una decisión entre tres personas, pero el capitán de Vélez siempre se mostró con una actitud de no querer jugar. El problema era sólo 2 metros cuadrados y que perjudicaba a ambos, un tiempo cada uno".
Y si bien destacó que su par, Miguel Calello, siempre tuvo la voluntad de jugar, el que no se salvó fue el árbitro, Pablo Lunatti: "Me dijo que el terreno no era óptimo, lo que no significa que no su podía. Me pidió una pelota y no la hizo rodar. Yo soy hincha y sé lo que es mojarme, hacer colas, esperar el partido pero parece que no todos lo fueron. Les pido disculpas a ellos".
Claro que la respuesta no tardó en llegar. Cubero fue el primero en desestimar las palabas del pope. "A mi no me dijo nada. Yo que estoy hace varios años en esto, que sé lo que es pisar una cancha sé que no estaba para jugar. Es lindo disputar la copa pero tiene estas cosas del calendario apretado y hay que saberlas llevar".
Por su parte, Sebastián Dominguez no sólo atendió a Cantero sino también a la televisión. "Parece que no quisimos jugar para sacar ventaja. Si peleando copa tuvimos seguidilla y nunca nos quejamos", señaló.
Y cerró: "A los que dicen que se podía empezar los invito a patear dos veces al arco en ese lado. Pero no como Futbol Para Todos quería, que era llevar una cámara y hacer picar tres veces la pelota donde estaba bien".
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