EL ENCANTO DE ENCANTAR

Diego Simeone generó en cada club que dirigió un encantamiento muy particular que no todos logran. Pero ese amor no siempre duró.
Desde sus inicios como jugador allá por el año en 1987 en Vélez Sarsfield, Diego Pablo Simeone, El Cholo, no paró de ascender en su carrera, tanto como jugador como entrenador. Sus números fueron de menor a mayor y tal vez esto sea el enamoramiento que va creando en cada lugar que pone un pie. Aunque ese amor desmedido que hoy en día tienen los aficionados Colchoneros, no lo comparten en todos los clubes y los hinchas donde supo estar. ¿Serán sus números solamente lo que encandila a sus seguidores?
Vayamos a Argentina, allí fue su retiro como futbolista e inicio como entrenador, todo en un lapso breve en el año 2006 y en el mismo club, Racing. Mediocampista aguerrido, de esos que dan todo hasta el último minuto de juego, así como lo vive desde el banco de suplentes Simeone jugaba cada pelota. Esa gran entrega y devolución que le dio al cuadro de Avellaneda le abrieron las puertas para poder dirigir un equipo, justamente en el mismo que se retiró le brindó el comienzo de la nueva etapa.
Ni bien se calzó el buzo de entrenador la afición Racinguista se dejó caer en los brazos del técnico, que hacía jugar a su equipo con la misma vertiginosidad que lo hace con todos. Sin embargo Cholo, al torneo siguiente ya estaba dirigiendo a Estudiantes de La Plata, uno de los lugares que lo catapultaron como el gran entrenador que es hoy en día. Allí consigue el título local en el año 2006, algo que ese club no ganaba hacía 23 años, lo que provoco otro nuevo enamoramiento entrenador-afición. Logra colocarse como un técnico muy buscado en Argentina, al que muchos clubes querían sumarlo. Pero ese gran amor que también obtuvo con el público Pincharrata se transformó en un des amorío, luego de que en menos de 10 días, Simeone ya era técnico de River Plate. Algo que no fue bien visto por la gente de La Plata, y que dolió, por eso cada vez que el ex jugador de Inter pisó suelo platense fue mal recibido.
En su primer y único ciclo en River, uno de los más grandes del país, logró un campeonato y dio la vuelta olímpica él sólo bajo los aplausos de todo el estadio Monumental. Algo nunca visto. Pero la pasión “Simeonista” no se terminó de encender. Su dura eliminación de la Copa Libertadores 2008 en octavos de final, en un partido caótico para él, en su propio terreno, 2-0 arriba en el marcador y con el rival, San Lorenzo, con dos jugadores expulsados, no supo defender esa diferencia y tras recibir el 2-2 su equipo queda eliminado. Acto seguido Diego, de poca relación con los medios, deja último al conjunto Millonario, por primera vez en su historia, y sin terminar el campeonato decide renunciar al cargo.

Paso fugaz por San Lorenzo de Almagro en 2010 con malos resultados. Breve mandato de media temporada en Catania de Italia y vuelta a Racing, club del cual es hincha, todo en 2011. Un suspiro de 5 meses duró el encanto con la gente Racinguista, ya que a los cuatro días de renunciar se confirma su llegada, al tan anhelado para él, Atlético Madrid. De aquí en mas este amor ya se conoce. Los números lo avalan, los títulos son su mejor amigo, las distinciones ganadas aumentan su imagen. El amor Atleti-Simeone parece crecer día a día. La única afición que por ahora no dejó plantada.

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