La conferencia de prensa que dio Juan Román RIquelme para explicar su salida no arrojó culpables, pero sentenció que no jugará más en el club. Ninguneó a Maradona, y leyendo entre líneas a Falcioni y el Pochi Chavez.
Por JONATAN WETZEL
Pasaron 72 días de aquel 0-2 con Corinthians que dejaba hecho trizas el sueño de la septima Copa Libertadores para Boca y que confirmaría minutos después ante los micrófonos lo que se rumoreaba por esos días: la última presentación de Juan Román Riquelme con la camiseta azul y oro.
El "me siento vacío" del enganche no brillaba por su explicitud, dando paso a la enormidad de conjeturas y rumores. Entrenador, presidente, compañeros (en menor medida) eran etiquetados como responsables.
Tras el pago de la deuda e indulto por parte del club del monto que le correspondería pagar al jugador a causa de la rescisión unilateral de contrato, y con el objetivo de evitar un costo político para la Comisión Directiva, ambas partes acordaron la conferencia de prensa para dar las razones (?) de la decisión.
Con una camisa a cuadros, unos minutos después de las 19 apareció Román, caminando por detrás del presidente Daniel Angelici, quien abrió la charla.
"Perdimos a nuestro idolo. No pudimos convencerlo", se escudó de inmediato el pope, antes de dejar el micrófono a quien todos estaban esperando.
Anticipando que disiparía todas las dudas, se lo vio quebrado al mencionar a su hermano. Y adujo motivos futbolísticos a su salida: "Estoy contento con mi decisión. Faltó poco para la Libertadores. Muchos discuten si era por el presidente, el entrenador o mis compañeros pero nadie discutía como jugaba. Jugué bien y me pidieron para la Selección".
Segundos después del humilde (?) análisis, se molestó cuando el periodista Martín Arevalo, con quien se mostró en reiteradas ocasiones enemistado por la cercanía del reportero con Diego Maradona, no leía entre líneas y repreguntaba si podía ilusionar con un retorno en el club. "Quedate tranquilo que no vuelvo más. Yo tengo palabra. Para mí sería fácil quedarme: la gente me quiere, cobrar un sueldo alto, tomar mate todos los días... ".
Y hablando de Maradona, no esquivó la pregunta sobre las declaraciones del ex entrenador de la Selección, quien había dicho que si estaba vacío debía llenarse: "Yo no leo diarios pero me cuentan todo. Lo que dice ese muchacho no me interesa".
Además, señaló que no le quiere quitar lugar a Leandro Paredes, a quien comparó con él mismo cuando tenía 18 años por la edad y su buen debut. Teléfono para Cristian Chavez, confeso amigo de Martín Palermo, hoy enlace titular.
Por último, desligó (¿o ninguneó?) a Julio Falcioni, al señalar que "no tiene nada que ver con él" porque a esa altura de la carrera "ya no necesitaba entrenador".
Se despidió del hincha de Boca reconociendo que lloró cuando vio grabada la marcha en apoyo a su continuidad y que quiere volver a la platea con su hijo Agustín y que lo vean como "alguien que se retiró en una final" y no que le robó 2 años al club porque "no se podía ni mover".
Y les dejó un mensaje: "Los quiero mucho"
0 comentarios:
Publicar un comentario